miércoles, 9 de abril de 2014

Y el segundero sigue su propio ritmo

Solamente el tiempo es el dueño de nuestra vida. Somos esclavos de su destino.
Solamente nos quedamos pensando qué hacer mientras los segundos pasan y pasan.
El reloj no se para, solamente corre sin esperar a nada ni nadie.
Nosotros solamente podemos intentar seguirlo a pies de enano cuando él da zancadas de gigante.
Y en ese intento de seguirlo, va trascurriendo nuestra vida. Día a día. Hasta que un día te paras a pensar y todo, absolutamente no eres consciente de todo lo que te ha sucedido y lo que te está sucediendo.
Puede que el tiempo ayude a olvidar errores del pasado, pero no son errores, es tu vida que trasiega por distintos caminos. Te puedes caer, pero lo realmente importante es que te des cuenta y que sigas adelante con tu vida y con todo lo que llevas encima; porque el día que menos te lo esperes te va a cambiar. Puede ser que conozcas a una persona que sea tu debilidad, o alguna circunstancia familiar. 
Solamente no es esperar, sino luchar contra el tiempo, porque en vez de perseguirlo tenemos que plantarle cara y no dejar que pase en vano.

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