domingo, 6 de abril de 2014

Tras la luna y el sol

Todos los días nos pasan cosas que nos pasan todos los días. Esas acciones que se nos presentan como cotidianas, como rituales de todas la mañanas y tardes. Solamente si no parásemos a pensar cada día en lo que hacemos y con quien nos encontramos por la calle seríamos otros.
Ese sol que sale después de que pase la noche, lo hace todas los días, cada madrugada. Incluso hay días que nosotros somos incapaces de observarlo puesto que puede haber nubes en nuestro camino, o una inmensa niebla en el ambiente, como si de nata montada voladora se tratase. Pero no porque nosotros no podamos verlo él deja de salir. 
Pues yo creo que con las personas pasa algo similar. Todo el mundo hace cosas mecánicas, y hay días en que cuesta darse cuenta de lo que están haciendo por nosotros porque ya estamos acostumbrados; pero si no paramos en un sitio y miramos hacia el cielo sabemos en qué posición se encuentra el Sol. Si nos paramos cada día un poquito a divisar a las personas que están con nosotros sin darnos cuenta, observaremos que hacen mucho más de lo que imaginamos.
A veces cuesta darse cuenta de ciertas cosas y hay días en los que todo nos sale del revés ¿Pero es que acaso no hay días de tormenta y de frío entre los huesos? Solamente tenemos que tener en cuenta, que después de la lluvia viene la calma, el sol con el querido arco iris.
Que hay días tontos y tontos todos los días.
"Afrontar cada día con una sonrisa, es el mayor regalo de la vida."

2 comentarios:

  1. Y no olvidar que cualquier noche puede salir el sol :)

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  2. Cada cosa a su momento, pero siempre hay que estar abiertos a improvisaciones, ya que nuestra vida es un continuo cambio :)

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