martes, 29 de abril de 2014

Eso que ya apenas pasa

Le latía el corazón muy fuerte. Tanto que ella pensaba que se le iba a salir del cuerpo. No podía pararlo de ninguna manera. Simplemente se quedó quieta, sin aliento. 
Volvió la cabeza hacia atrás y él también la estaba mirando. En ese momento el mundo se paró por un segundo y todo lo demás parecía insignificante comparado con lo que estaba ocurriendo allí. Era como un terremoto en el aire. Se cruzaron esas dos miradas y provocó que cada uno de ellos sonriera.
Ninguno de los dos se atrevió a dar un paso hacia el otro, pero ninguno de los dos dio un paso en el otro sentido. Y ahí seguían, en medio en la calle, parados, sin saber qué hacer. Ella se retiró el pelo de la cara y decidió dar el primer paso, a lo que él le respondió con el segundo sin dudarlo. 
Se acercaron y sin hablar se entendieron.
Es eso que ya no pasa. Que hace falta ese flechazo con una persona para sentirte viva, llena de vitalidad. 
Esa persona que te llena solo con su mirada o con su gesto de aprobación.

miércoles, 23 de abril de 2014

Una mirada, un abrazo

A veces, lo que uno quiere, es que venga alguien y te agarre por detrás. Bien sea por la cintura o dándote un abrazo.
Que apoye suavemente su cabeza en tu hombro y recorra todo tu cuello, dándote innumerables besos por todo ello.
Que te acaricie la cara, te dé la vuelta, te levante la cabeza y te diga que le mires a los ojos.
Que te diga que ya sabe que no estás bien, tu expresión corporal lo ha descrito con pelos y señales.
Que te quite las lágrimas y te ofrezca un pañuelo.
Que te diga que no quiere verte llorar más bajo ninguna circunstancia.
Y los dos se fundan en un gran abrazo, que es uno de esos abrazos en los que sin querer se cierran los ojos; solamente para sentirlo, para sentir que no estás solo en este mundo y que hay algo más allá.
Una mirada, una abrazo, a veces no hacen palabras para explicar qué es lo que pasa. A veces solamente son las expresiones y la compenetración que existe entre dos seres.

miércoles, 9 de abril de 2014

Y el segundero sigue su propio ritmo

Solamente el tiempo es el dueño de nuestra vida. Somos esclavos de su destino.
Solamente nos quedamos pensando qué hacer mientras los segundos pasan y pasan.
El reloj no se para, solamente corre sin esperar a nada ni nadie.
Nosotros solamente podemos intentar seguirlo a pies de enano cuando él da zancadas de gigante.
Y en ese intento de seguirlo, va trascurriendo nuestra vida. Día a día. Hasta que un día te paras a pensar y todo, absolutamente no eres consciente de todo lo que te ha sucedido y lo que te está sucediendo.
Puede que el tiempo ayude a olvidar errores del pasado, pero no son errores, es tu vida que trasiega por distintos caminos. Te puedes caer, pero lo realmente importante es que te des cuenta y que sigas adelante con tu vida y con todo lo que llevas encima; porque el día que menos te lo esperes te va a cambiar. Puede ser que conozcas a una persona que sea tu debilidad, o alguna circunstancia familiar. 
Solamente no es esperar, sino luchar contra el tiempo, porque en vez de perseguirlo tenemos que plantarle cara y no dejar que pase en vano.

domingo, 6 de abril de 2014

Tras la luna y el sol

Todos los días nos pasan cosas que nos pasan todos los días. Esas acciones que se nos presentan como cotidianas, como rituales de todas la mañanas y tardes. Solamente si no parásemos a pensar cada día en lo que hacemos y con quien nos encontramos por la calle seríamos otros.
Ese sol que sale después de que pase la noche, lo hace todas los días, cada madrugada. Incluso hay días que nosotros somos incapaces de observarlo puesto que puede haber nubes en nuestro camino, o una inmensa niebla en el ambiente, como si de nata montada voladora se tratase. Pero no porque nosotros no podamos verlo él deja de salir. 
Pues yo creo que con las personas pasa algo similar. Todo el mundo hace cosas mecánicas, y hay días en que cuesta darse cuenta de lo que están haciendo por nosotros porque ya estamos acostumbrados; pero si no paramos en un sitio y miramos hacia el cielo sabemos en qué posición se encuentra el Sol. Si nos paramos cada día un poquito a divisar a las personas que están con nosotros sin darnos cuenta, observaremos que hacen mucho más de lo que imaginamos.
A veces cuesta darse cuenta de ciertas cosas y hay días en los que todo nos sale del revés ¿Pero es que acaso no hay días de tormenta y de frío entre los huesos? Solamente tenemos que tener en cuenta, que después de la lluvia viene la calma, el sol con el querido arco iris.
Que hay días tontos y tontos todos los días.
"Afrontar cada día con una sonrisa, es el mayor regalo de la vida."