miércoles, 28 de marzo de 2012

Esa impotencia de querer controlarlo y no poder.

Ese momento en el que no puedes más, que la situación no la puedes controlar, que no es que se te haya ido de las manos, es que por mucho que has hecho sigue y sigue sin remedio, sin pararse a mirar. Simplemente pasa y estamos a estas alturas en las que no sé que hacer. Simplemente cada vez que lo diviso, que lo pienso, me pregunto si tendrá solución, si todo esto se va a arreglar y todo volverá a ser como antes. Me pregunto si podría haber hecho algo más, Me pregunto si ha sido mi culpa, no creo; pero una cosa tengo clara, que no puedo más, que no quiero rendirme, no quiero tirar la toalla, pero siento una gran impotencia porque no está en mis manos y me supera el ver que todo pasa de mal en peor y tener que dejarlo ir.

martes, 27 de marzo de 2012

Que las nubes escribirán lo que yo no alcanzo a vocalizar.

Que quieres que diga, que hable, que chille, si cada palabra que sale de mi boca antes ha estado en mi mente y en mi mente habitas tú; tú y todos los momentos que estás a mi lado, todas las palabras que me dices, todas las canciones compartidas. Que quieres que te pinte si lo único que me sale del boli son corazones igual que una niña pequeña. Que quieres que cante si las letras de las canciones me remiten a ti, a tu voz susurrante. Que quieres que sienta cuando te miro a los ojos y veo sinceridad, cuando miro esa sonrisa y veo un beso, cuando me asomo por tu corazón y veo que tus latidos ya tienen nombre.

Los sueños.

Los sueños. Eso que se despierta cuando nos dormimos. Eso que se demuestran cosas que nosotros solo sabemos. Es curioso que lo olvidemos a los cinco minutos, porque hay alguno especialmente bonito. Dicen que es una representación de nuestro propio mundo mezclado con algo de experiencia.
Yo creo que es nuestra forma de escapar de esta sociedad en la que vivimos a contrarreloj; de este mundo que no nos deja liberarnos de lo que queremos; que no nos deja expresarnos como queremos porque hay cosas que no se expresan con palabras, y en nuestra mente y en nuestra imaginación las hacemos posibles y damos rienda suelta a nuestros pensamientos, a nuestros sentimientos.
Pero hay otra clase de sueños, aquellas metas que nos ponemos nosotros, aquellos que queremos llegar a hacer o simplemente llegar a ser aquello que para nosotros significa algo especial. Esos son la clase de sueños por los que hay que luchar. Porque ninguna causa está perdida, si hay alguien que luchar por ella, porque si no eres feliz, luchar por ello, porque todavía no ha llegado el final de tu cuento.