miércoles, 19 de junio de 2013

Dicen...

Todo el mundo dice que no se debería depender de otra persona. Y en realidad no debería de ser así, aunque en la práctica es totalmente diferente.
Cada es uno como persona y es feliz consigo misma, tiene su entorno, su familia, sus amigos... y llega otra persona a tu vida, y te desmorona todo, te lo desbarajusta, y ya no es como antes, te cambia por completo y no puedes hacer nada. No te gusta depender de esa otra persona pero te es inevitable y al final eres feliz. Con esa otra persona. No podemos evitarlo. No podemos encaminar nuestra vida en el amor. NO podemos manejar nuestros sentimientos ni mucho menos el amor. Por eso mismo tenemos que disfrutar de cada momento, con o sin esa persona, aunque sea difícil, porque en cualquier momento esos sentimientos puedes esfumarse o quizás podamos arrepentirnos de algo. Tenemos que intentar vivir nuestra propia vida, sin nadie que nos limite.

"Eso desaparece y no lo ves."

Y sin pensarlo crees que lo que le pasa a la gente nunca te puede pasar a ti, incluso lo que le pasa a las personas que te rodean, pero piensas nunca te va a pasar a ti. Hasta que te pasa. Cosas impensables, irracionales, sin sentido. Pero que al final acaban ocurriendo. No sabes por qué ni cómo. Pero pasan y ya está. Ninguno de nosotros planeamos nuestra vida. Es más, miento. cada uno de nosotros planeamos nuestra vida en la cabeza, pensamos conversaciones, encuentros... pensamos y pensamos... y planeamos y planeamos... y al final lo que debería de ocurrir no ocurre, porque no somos lo suficientemente valientes como para enfrentarnos a la vida real, a lo que en esta vida real pueda pasar. Somos unos cobardes que no pueden enfrentarse a nuestra vida y por ello vivimos con miedo a que pasen las cosas, pero lo que deberíamos hacer es plantarnos cara al miedo y desafiarle diciendo que vamos a vivir nuestra vida como queramos.