jueves, 21 de noviembre de 2013

Una persona.

Todos tenemos una persona que es nuestra debilidad. Da igual en que situación nos la encontremos que es imposible no hacerle caso. Por mucho mal que nos haya hecho nunca podemos mandarle a la mierda. Quizás ni siquiera le conozcas lo suficiente pero sabes que si se acerca a ti te vas a poner de los nervios, vas a empezar a medir tus palabras y a reírte sin ningún sentido, te van a temblar las piernas y las manos, y no vas a parar de sonreír en todo lo que queda de día.
Esa persona es la que va a despertar en ti lo mejor. Que separados sois muy buenos, pero que juntos sois los mejores, que da igual lo que pase alrededor, si llueve, nieva, hace sol, graniza o se está acabando el mundo, que los dos abrazados vais a vencer a todas las adversidades que existen.
Y te llega esa persona a su debido tiempo, no hay que correr ni buscarla, porque cuanto más buscas menos encuentras. Pero os doy un pequeño consejo: cuando la encontréis ya podéis dejar lo que estéis haciendo porque es la persona de vuestra vida, y lo vais a notar vosotros, no os lo van a decir los demás. A veces necesitamos algo más de tiempo para saber que es esa la persona indicada, pero lo sabréis. Simplemente es un latido al corazón, que se descontrola y ya no puedes pararlo porque el tiempo corre y tu vas en dirección hacia él.

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