martes, 19 de noviembre de 2013

Querer. En el amor es no poder.

Y un día te vas a dormir con los ojos llorosos y sabes que estás enamorada. No sabes por qué ni cómo pero ha ocurrido y sientes la necesidad de estar con él... y ese sentimiento no cesa y se hace más y más grande. Compartes tus buenos momentos pero también los malos y tienes un gran apoyo. Esperas que nunca te falle, que siempre esté ahí, que te de las buenas noches y los buenos días...
Pero la realidad no es así. Cada persona es como es y por ello hay malentendidos porque a veces y solo a veces las personas somos egoístas y nos gusta recibir lo que damos aunque digamos que no. Con una persona que no te aporta nada, no te sientes a gusto. Necesitas a alguien que te comprenda pero que sobre todo sepa sobre llevar las situaciones. Que te de un toque de atención cuando lo necesites. Que te sea sincero. Que sienta. Que no te diga sí a todo sino que te lleve la contraria cuando crea que no tienes razón. Que no tenga miedo. Que se enfrente a los obstáculos. Que aunque quieras algo y digas que no, que lo haga si el sabe que lo quieres. Esa forma inevitable del sí y sí.
No hay que sufrir por amor. Aunque si lo sientes, sufres por dentro por echarle de menos, por no pasar nunca lo que quieres que pase.

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