jueves, 9 de abril de 2015

La pareja absoluta

Hablamos sin parar constantemente y, a veces, decimos cosas que no queremos decir realmente.
En una conversación más o menos normal, creemos entendernos lo unos a los otros; por eso, hemos construido los idiomas y cada persona puede comunicarse con los de su alrededor para que todo pueda fluir perfectamente. A la hora de explicarnos no todas las personas tenemos la misma capacidad. Hay personas que tienen mayor facilidad para describir paisajes o situaciones, otros que describen mejor sus sentimiento y todo lo que sea abstracto, otros que son más tímidos o introvertidos que apenas hablan o apenas se expresan, otros que simplemente cada vez que van a hablar no les salen las palabras y podría estar describiendo clases de personas un buen rato.
Intentamos tener conversaciones fluidas en la que tú expresas un mensaje que el otro tiene que recibir y puede o no estar de acuerdo. Puede que te discuta las opiniones o simplemente te de la razón, lo único que no sabremos es si realmente lo está pensando, pues de momento, los pensamientos no hemos logrado leerlos.
En estas conversaciones a menudo salen muchas palabras que si nos parásemos realmente a pensarlas rectificaríamos todo el rato, pero hacemos como que nos entendemos y por ello no les damos mayor importancia; pero, desde mi punto de vista, las palabras tienen un gran peso en nuestra sociedad y en nuestras relaciones. Habría que empezar desde muy abajo para cambiar esto.
Dentro de estas palabras se encuentran dos que realmente me asombran, sobre todo por su uso cotidiana, son: siempre y nunca. Son palabras antónimas que tienen por detrás un significado MUY grande. Siempre es la rotundidad absoluta; en cambio, nunca es la negación absoluta. Ambas palabras son usadas para describir o hacer promesas que puede que se cumplan o no, pero el significado de la palabra está ahí. Ahora voy a tirar de un refrán: "Nunca digas de este agua no beberé". Hace referencia a que en un futuro no sabes lo que va a pasar y lo que hoy te parece una idea horrible mañana puede parecerte la mejor del mundo, o viceversa, porque las personas cambiamos y cambia nuestra experiencia y nuestra manera de ver las cosas lo que nos hace tener distintas opiniones de ciertas cosas en distintos momentos del tiempo. Por ello he de decir que sí que hay principios que uno mantiene a lo largo de su vida y es lo que nos hace ser nosotros mismos y cada uno diferente a otro.
Son palabras todas ellas pero no puedes decir algo absoluto porque la mayoría de las veces hay excepciones.

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