martes, 20 de diciembre de 2011

La perfección no existe.



La gente se empeña en pensar que sí, pero la realidad es otra. No existe una persona perfecta, sin ningún tipo de defecto, pues todos tenemos nuestro talón de aquiles y nuestra debilidad. No existe un momento perfecto en el que no encontremos problemas y todo sea de color rosa. No existe un mundo perfecto en el que no estén presentes las injusticias. No existe un día perfecto porque aunque no se quiera siempre hay imprevistos. No existe un mundo perfecto en el que todo sea felicidad. No existen las palabras perfectas para un determinado momento. No existe el sitio perfecto para ninguna acción, y menos para una declaración de amor.
Pero si hay una cosa clara: aun no existiendo las personas perfectas, cada persona tiene a otra hecha a su medida; aunque no existan los momentos perfectos, hay situaciones en las que se te sale el corazón del pecho, se te saltan las lagrimas, ríes sin parar de reir, sonríes sin saber porqué...; aunque no exista un mundo perfecto, hay ocasiones en las que sobraba todo si estás vagando en tu mundo; aunque no exista un día perfecto, siempre habrá un día marcado en el calendario que sobresale; aunque no digamos lo que tenemos que decir, a veces, una sola mirada, una sola imagen, vale más que mil palabras; aunque no exista el sitio perfecto, si la compañía es buena, todo lo demás se olvida.

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