lunes, 23 de enero de 2012

La mejor forma de hablar no necesita palabras.

Puedo sentir ese latente corazón encerrado en tu pecho. La sensación producida por el roce de tus labios con los míos. La forma que tienes de acariciarme, de calmarme, de enseñarme que las cosas nunca salen como se quiere, pero también que las cosas podemos hacerlas a nuestra manera. Tu mirada tan intensa que me hace temblar desde dentro, pero que a la vez me tranquiliza y me hipnotiza. La sonrisa que no se borra de tu cara y que me encanta ver y dejarme llevar por ella una y otra, y otra vez... Demasiadas palabras que apenas dicen nada, porque las palabras se las lleva el viento; pero los sentimientos no, esos permanecen en mi corazón, cerrados con una cerradura de la que solo tú posees la llave.

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